Prayers for Vocations (en español)

Oración #1

Te damos gracias, Dios nuestro, por
 tu llamada del Bautismo
 a ser tu pueblo.
 
Te respondemos otra vez con nuestro "Sí".
 
Danos fidelidad para tu causa
 y para nuestra vocación.
 
Renueva con un espíritu de
 entusiasmo a todos los que
 se dedican al servicio de
 tu pueblo.
 
Da a nuestros jóvenes el deseo
 de dedicarse a este servicio
 en la vida religiosa, en el
 sacerdocio, o como diáconos
 y ministro laicos.
 
Llena sus corazones con tu
 Espíritu de Sabiduría para
 que proclamen tu evangelio,
 y den testimonio de tu presencia
 entre nosotros.
 Amén.

Oración #2

Amadísimo y generoso Dios,
 Eres Tú quien nos llama
 por nuestro nombre y
 nos pides que te sigamos.
 
Ayúdanos a crecer en el amor
 y en el servicio a nuestra Iglesia.
 
Danos el entusiasmo
 y la energía de tu Espíritu
 para preparar su futuro.
 
Danos líderes llenos de fe
 que abracen la misión de Cristo
 en amor y en justicia.
 
Bendice la Iglesia de _______
 con líderes de nuestras familias
 que dediquen sus vidas
 al servicio de su pueblo
 como sacerdotes, religiosos,
 diáconos y ministros laicos.
 
Inspíranos a conocerte mejor y
 abre nuestros corazones
 para oír tu llamada.
 Amén.

Oración #3

Virgen de Guadalupe,
 Evangelizadora de las Américas,
 ¡Madre de Dios, Madre de la Iglesia
 y Madre Nuestra! Tú eres el orgullo
 de nuestra gente. Jesús, tu Hijo, cambió
 el agua en vino porque tú se lo pediste.
 Te imploramos, Madre Misericordiosa,
 que obtengas para nosotros todas las
 gracias que necesitamos de tu Hijo.
 Intercede ante Él para que bendiga a las
 Américas con muchas vocaciones al
 sacerdocio, a la vida religiosa, al
 matrimonio cristiano y a la vida laical.
 Madre de Dios, ruega por nosotros ahora
 y siempre.
 Amén

Oración #4

SEÑOR JESÚS,
 te pedimos que envíes a tu pueblo
 los servidores que necesita.
 Escoge de nuestras parroquias,
 de nuestros hogares,
 de nuestras escuelas y universidades
 una abundante cosecha
 de ardientes apóstoles para tu Reino:
 sacerdotes, religiosos, religiosas,
 diáconos, misioneros y
 apóstoles seglares;
 y haz que los llamados por Ti
 nunca pierdan conciencia de la
 grandeza y necesidad de su vocación.
 
¡Oh!, Virgen María,
 Madre de la Iglesia,
 enseña a decir a todos los llamados
 por el Señor,
 un sí con alegría,
 como el que tú dijiste en la Anunciación.

Oración #5

Oh Dios Todopoderoso y Eterno
 en tu inagotable amor has provisto
 ministros para tu Iglesia.
 Concédenos en nuestros días
 excelentes y adecuados sacerdotes
 para que sirvan y santifiquen a tu pueblo.
 Inspira una respuesta generosa y valiente
 en los corazones de tu pueblo,
 para así aumentar el número de
 ordenaciones sacerdotales.
 Confirma y sostén a aquellos
 que se han comprometido
 a llevar a cabo la obra de Cristo,
 el Buen Pastor,
 predicando el Evangelio y uniendo
 a tu Santo pueblo
 en uno solo en Cristo.
 Esto te lo pedimos en el nombre
 de Cristo nuestro Señor.
 Amén.

Oración #6

Padre, tú llamas a cada uno de
 nosotros por nombre y nos pides
 que te sigamos.
 
Bendice a tu Iglesia y danos dedicados
 y generosos líderes de nuestras familias
 y amigos quienes puedan servir a
 tu pueblo como religiosas, sacerdotes,
 diáconos y ministros laicos.
 
Inspíranos mientras crecemos en tu
 amor y abre nuestros corazones
 para oír tu llamada.
 
Te lo pedimos en
 nombre de Cristo.
 Amén.

Oración #7

Padre, escucha las oraciones de tu pueblo,
 y haz madurar la semilla que tú sembraste
 en el campo de tu Iglesia.
 Haz que mucha de tu gente escoja servirte
 dedicándose al servicio
 de sus hermanos y hermanas.
 Elige ministros dignos de tus altares
 y ardientes pero bondadosos servidores del Evangelio.
 Que aquellos que siguen las huellas de Cristo, tú Hijo,
 crezcan y provean por su forma de vida
 una señal convincente de tu reino
 para la Iglesia y todo el mundo.
 Que todos los ministros de tu Iglesia
 aumenten en números,
 y sean persistentes en sus oraciones,
 y que desempeñen su ministerio con generosidad e interés
 por otros.
 Padre, consérvalos fieles al llamado del Evangelio;
 que el mundo vea en ellos
 la imagen viviente de tu Hijo, Jesucristo,
 quien es Dios por los siglos de los siglos.
 Amén.