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BCR: El jugoso negocio del Estado que el Gobierno quiere vender

El banco, cuyo valor contable ronda los $1.000 millones, genera ingresos millonarios al Estado, beneficia a distintos sectores mediante su cartera y presta servicios cruciales, tanto a sus clientes como a otras entidades estatales.

El Banco de Costa Rica es líder en el mercado nacional, genera millones al Estado costarricense, beneficia a programas sociales mediante sus aportes y presta servicios cruciales a sus clientes y a otras entidades estatales.

A pesar de eso, la administración Chaves Robles ha planteado, recién asumiendo el mandato, su deseo de venderlo, insistiendo —aunque sin presentar evidencia que sustente la afirmación— que podrían obtenerse hasta $1.700 millones con su venta, que servirían para paliar la deuda del país.

El pasado 7 de setiembre, el presidente hizo oficial la proposición, enviando a la Asamblea Legislativa el expediente 23.331 Ley de Venta del Conglomerado Financiero Banco de Costa Rica, que sostiene que “el BCR es un banco maduro, estable y con un alto nivel de valor respecto al mercado”.

El BCR es el banco más antiguo del país, tiene un patrimonio de ₡646.832 y realiza importantes aportes a programas sociales cada año. (Foto: Archivo)

El texto explica que, según una valoración realizada por el Departamento de Investigación Económica del Banco Central de Costa Rica (BCCR), el valor del BCR es de $1.785 millones, aproximadamente, aunque agrega que esa es una “estimación realizada con una serie de limitaciones y supuestos fuertes”.

“Esto no es cerrar el banco, es continuar con las operaciones del banco en otras manos”, ha dicho el presidente, aunque en el proyecto de ley se habla explícitamente de “extinción” y “liquidación” de la entidad.

Leiner Vargas, economista catedrático de la Universidad Nacional, explicó que el BCR, en sí mismo, es un buen negocio, por lo que puede ser atractivo para vender, pero que el análisis de si esa venta es favorable o no para el país debe tomar en cuenta los posibles impactos, tanto en lo público como en el sector financiero.

Así, siendo que el BCR tiene una fuerte dedicación a la cartera pública, sería necesario resolver la atención de esos servicios y se debe contemplar el impacto social, pues las utilidades de la entidad se han utilizado en distintas causas, como la atención de emergencias. Además, en el plano financiero es necesario analizar qué control pierde el Estado sobre el sector financiero al dejar de tener esa cartera, como la posibilidad de incidir mediante ella en la reactivación económica.

UNIVERSIDAD consultó al Ministerio de Hacienda y a la Presidencia si se ha contemplado el valor agregado de los servicios estatales que actualmente brinda el BCR, cómo administrarlos si se vende, cómo se asumirían las contingencias legales y laborales, y los estudios que respaldan el cálculo de lo que se recibiría por la venta, pero al cierre de esta edición no han respondido.

La radiografía del botín

Para comprender los impactos que generaría la venta del banco, es necesario echar una mirada a su valor en términos económicos, sociales y de eficiencia estatal, muchas veces desconocidos para la ciudadanía.

Con 144 años de existencia, el BCR es el banco más antiguo del país y cuenta, según su último informe de evolución financiera, con activos por ₡6.11 billones, lo que representa un crecimiento del 28.08% (₡1.34 billón) desde el 2018, período en que el sistema financiero nacional en su totalidad creció un 27.36%.

Además, al cierre del primer semestre del año, el banco alcanzó un patrimonio de ₡646.832 millones, con un aumento de ₡117.677 millones desde el 2018.

Producto de sus buenos resultados, durante los cuatro últimos años, el BCR ha aportado ₡64.184 millones en contribuciones parafiscales (dirigidas a la Comisión Nacional de Préstamos para Educación, Comisión Nacional de Emergencias, el Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte y el Instituto Nacional de Fomento Cooperativo) y pagó ₡59.065 millones por concepto de impuesto sobre la renta.

Es el banco, público o privado con más oficinas a lo largo del territorio nacional (166 con al menos una tercera parte fuera de la Gran Área Metropolitana) y tiene 4.300 empleados, de los cuales, 662 trabajan fuera de la GAM.

“Tenemos cuatro veces la cantidad de oficinas que el banco privado que más tiene (el BAC) y hay varias que existen por el desarrollo económico y social, porque la gente tiene derecho a los servicios, no porque sean oficinas rentables”, explicó el gerente general, Douglas Soto.

También, cuenta con más de 3.400 “Puntos Tucán”, es decir, establecimientos como pulperías y abastecedores mediante los cuales se pueden realizar pagos de servicios, depósitos y retiros en cuentas bancarias, pago de tarjetas, pensiones y más, los cuales generan ingresos a los mini empresarios por cada transacción.

Además tiene 69 oficinas ㅡincluyendo en Buenos Aires, Upala y Cahuita, por ejemploㅡ donde se brindan servicios de otras instituciones estatales como la emisión de licencias, permisos de conducir, pasaportes, cédulas de residencia, expedientes judiciales, recaudación de impuestos municipales y marchamos, etc.

Por si fuera poco, administran miles de millones de dólares en fideicomisos para el desarrollo de obra pública y, según datos de la entidad, gracias a esas operaciones, al cierre del primer semestre, se han construido 243.660m² de edificaciones, 33 áreas de salud y se han implementado 340.000 soluciones de fibra óptica para telecomunicaciones.

“Una ocurrencia”

Días atrás, el presidente dijo que el banco no es “las joyas de la abuela” y afirmó ㅡcomo si la entidad no produjera dividendos año a añoㅡ que “uno no guarda un rolex de oro o una joya carísima, mientras los chiquitos se están muriendo de hambre”, agregando que la venta generaría “miles de millones de dólares para hacer lo que la gente de a pie, el ciudadano común y corriente necesita”.

Vargas, por su parte, aseguró que este “es un mal momento en los mercados internacionales para vender el banco”, pues la situación política y económica global está muy deteriorada. “Me parece que el presidente se equivoca pensando que va a tener una fila de compradores, podemos terminar vendiendo barato el banco, a pesar de ser un buen banco”, indicó.

Además, Chaves indicó que el BCR “no le ha dado (al pueblo) un solo dividendo en su vida, que no le está dando crédito a las pymes y que ha tenido problemas de gobernabilidad y corrupción enorme”.

No obstante, los datos demuestran la falsedad de la afirmación, pues el banco cuenta con una cartera corporativa de al menos ₡205.118 millones y con ₡31.417 millones colocados en préstamos a pymes. Además, al cierre del 2021 había concretado 4.813 soluciones de vivienda, 1.163 de consumo y 354 para vehículos en su banca para personas, además de los aportes sociales antes mencionados.

Muchas de estas soluciones, según el gerente general, se han logrado implementar gracias al ecosistema que es el banco. “Tiene un cobrador de seguros que le ayuda a asegurar todas las carteras de crédito. Tiene pensiones, donde le da un servicio a los ciudadanos y puede hacer gestión de carteras. Tiene una sociedad de fondos de inversión que contribuye a generar valor mediante fondos inmobiliarios y financieros. Tiene un puesto en bolsa y así sucesivamente”, dijo.

Por eso, asegura Leiner Vargas, la propuesta de vender el banco “por partes” como ha dicho el ejecutivo es “como coger un carro bueno y venderlo para repuestos, el carro entero vale más”. “A mí me parece que eso es una ocurrencia, una mala estrategia. Pero claro, depende de lo que yo quiera, porque si es que lo quiero vender barato, pues puede que sea una buena estrategia”, afirmó con suspicacia.

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