Fue el final más inesperado en la breve historia de la Copa Charles Schwab. Mientras Scott McCarron tomaba una copa de vino en la terraza del Phoenix Country Club —en compañía de Bernhard Langer y Jerry Kelly, a dos hoyos de distancia Jeff Maggert y Retief Goosen disputaban el tercer hoyo de muerte súbita para definir al campeón del Charles Schwab Cup Championship. De haber ganado Goosen el torneo, se habría llevado también la Copa, el reconocimiento como el mejor jugador de la temporada y los grandes beneficios que conlleva, razón por la cual McCarron estaba justificadamente preocupado.
Con Goosen en el green, McCarron, desde 123 yardas de distancia, ejecutó un wedge que se dirigió a la bandera y, tras dos botes, la bola se dirigió al hoyo y desapareció, marcando el triunfo en automático del estadunidense sobre el sudafricano.
Algunos minutos antes, Maggert (66) y Goosen (64) habían concluido los 72 hoyos reglamentarios con 21 bajo par.
En la terraza no podían ver la escena, pero sí escucharon los gritos del público; ¿Qué pasó? —preguntó McCarron—, y alguien gritó: «¡La metió!» Entonces empezaron las celebraciones, Maggert, quien acababa de romper una racha sin triunfos desde 2015, y el propio McCarron, que con la Copa le había añadido un millón de dólares a su cuenta bancaria.